En el inicio de la vida escolar formamos a hombres ordinarios que sean capaces de realizar cosas extraordinarias, además proporcionamos a nuestros alumnos formación religiosa, social, científica y cultural con la que intentamos que cada uno de ellos se desarrolle integralmente como persona.

A través de las actividades que les proponemos, nuestros alumnos desarrollan el sentido social, atentos a fomentar actitudes de servicio que serán elementales para formarse como hombres de bien y contribuir posteriormente a la construcción de un mejor entorno.